domingo, 27 de diciembre de 2009
La templaria nostalgia de Ucero
lunes, 21 de diciembre de 2009
Errare Humanun Est
domingo, 13 de diciembre de 2009
Jacques de Molay: la leyenda de la maldición del último Gran Maestre del Temple
jueves, 26 de noviembre de 2009
Río Lobos, el Cañón de los Templarios
martes, 17 de noviembre de 2009
¿Templarios en Conquezuela?
En el Almuerzo -y lo pongo ahora con mayúsculas, porque es así como se titula la sección en cuestión-, uno se suele encontrar con personajes tan desconocidos y variopintos, pero a la vez tan entrañables, que animan a seguir leyendo por el mero hecho de que el lector se hace a la idea de que, aunque sea al final y de manera posiblemente provisional, la noticia se valora más por el lado humano que por el lado partidista.
martes, 10 de noviembre de 2009
El misterio templario de Peroniel del Campo
Como muchas otras órdenes medievales de caballería, la Orden del Temple jugó un papel fundamental en ese oscuro, dificil periodo histórico, conocido como la Reconquista.
Se ha dicho, escrito y aireado a los cuatro vientos -y parece ser un hecho significativo- que estos belicosos monjes-guerreros sentían una especial predilección por asentarse en lugares que, cientos o miles de años antes, fueron sacralizados por otros pueblos, por otras culturas. En especial, aquellos lugares donde se aprecia una mayor presencia de la denominada cultura megalítica.
Pero, independientemente de este detalle, y tomando siempre como base la gran controversia que generan ciertos lugares relacionados con el Temple, he aquí, en mi opinión, uno que trae de cabeza a los investigadores y que, dicho sea de paso, tiende a suscitar una gran cantidad de opiniones manifiestamente encontradas: la ubicación real del monasterio templario de San Juan de Otero.
De una cosa, al menos, estoy seguro. Y es de que la presencia de la Orden del Temple en la provincia de Soria, fue más importante de lo que la ortodoxia oficial supone o admite. Bien es cierto que la falta de documentación impide, en muchos casos, constatar fidedignamente dicha presencia. Pero, igualmente, no es menos cierto -y esto también es un dato a tener en cuenta- que la tradición oral -tan rica o más que en otras provincias- cuenta con numerosas referencias.
En el caso que nos ocupa, algunos investigadores recurren a una bula fechada en 1181 y atribuida al Papa Alejandro III, en la que aparecen cinco conventos templarios situados en las actuales Comunidades de Castilla y León y Castilla La Mancha. Dichos conventos, son: Santa María de Montalbán, San Benito de Torija, San Salvador de Toro, San Juan de Valladolid y San Juan de Otero.
De los cuatro primeros, parece que se tiene cierta seguridad, hasta el punto de que su localización no parece generar ningún tipo de duda, ubicándose de la siguiente manera:
* Santa María de Montalbán: en la provincia de Toledo, iglesia visigoda de Santa María de Melque, distante, aproximadamente, 3 kilómetros del castillo de Montalbán -plaza fuerte donada a los templarios por el rey Alfonso VII tras la conquista del reino de Toledo- y en cuyas inmediaciones se constata, también, la presencia de una construcción megalítica tipo dolmen.
* San Benito de Torija: su localización en Torija, provincia de Guadalajara, tiende a ser imprecisa, aunque se supone que estuvo situado en las inmediaciones del castillo. Parece ser que éste, en realidad, nunca perteneció a la Orden, aunque existe el dato significativo de que ciertos investigadores creen que el castillo se levanta, en realidad, en el lugar donde estuvo ubicado el convento. Posiblemente, de aquí provenga la confusión con respecto al castillo.
* San Salvador de Toro: iglesia mudéjar del siglo XIII, en la que destacan sus tres naves y sus tres ábsides -recordemos la existencia de estos últimos en construcciones similares, como la controvertida iglesia de la Vera Cruz, en Segovia- bastante modificada en el siglo XVII.
* San Juan de Valladolid: iglesia que, por desgracia, fuer derruída a mediados del siglo XIX.
* San Juan de Otero: he aquí el plato fuerte de la polémica. Tradicionalmente, se ha identificado con la iglesia de San Bartolomé de Ucero, en el Cañón del Río Lobos; incluso se ha sugerido la posibilidad de que su emplazamiento original, estuviera ubicado en las cercanías del castillo que domina el pueblo. Sin embargo, y en buena parte motivado por las peculiaridades del terreno, cada vez son más los investigadores que tienden a situarlo en las inmediaciones de Peroniel del Campo; en concreto, en unas ruinas que se hallan en un cerro denominado de San Juan.
En realidad, toda la zona es un foco caliente en cuanto a presencia templaria se refiere. No olvidemos que, cercana también a la llamada Ruta de los Torreones, no es difícil encontrar sus huellas: Fuensauco y su iglesia fortaleza; Magaña y la parroquial de San Martín;, San Pedro Manrique y el denominado convento templario de San Pedro el Viejo e incluso, probablemente, las ruinas de San Miguel; las ruinas de San Adrián, cercanas al despoblado de Masegoso, Ágreda...e inclusive la cercana Almenar, donde se levanta el Santuario de la Virgen de la Llana, a quien se asocia con una leyenda muy conocida en la que se pueden encontrar curiosos paralelismos con otra leyenda semejante asociada al Temple, de la que hablaremos en una próxima entrada: la leyenda del cautivo de Peroniel.
¿Resulta descabellado suponer, entonces, que realmente estuviera aquí el mencionado convento templario de San Juan de Otero?. En realidad, y teniendo en cuenta que la zona responde a la perfección con el concepto de otero, yo creo que no.
domingo, 4 de octubre de 2009
San Polo y San Saturio
No resulta fácil hablar de San Polo, sin rememorar esa vertiente romántica que sobre el lugar legaron a la posteridad escritores como Gustavo Adolfo Bécquer. Si bien éste situó en la margen derecha del Duero su terrorífica leyenda El Monte de las Ánimas, es a este lado izquierdo, y en concreto, en las cercanías de una cruceta pétrea situada inmediatamente después de la casa de los actuales propietarios del lugar, donde tuvo a bien idear el escenario ideal en el que habría de desarrollarse otra de sus conocidas leyendas: El rayo de luna.
Lejos de discrepancias relativas a su autoría, como sucede con numerosos lugares, y sin ir más lejos, con el vecino monasterio de San Juan de Duero, tanto los historiadores como los investigadores, no parecen albergar duda alguna en cuanto a su origen y la naturaleza de sus antiguos moradores: templarios.
Fundada alrededor del año 1118 por Hugo de Payns y otros ocho caballeros, la de la Orden del Temple resulta, más que una historia, propiamente dicha, una aventura fascinante, capaz de mantener el interés y las expectativas vigentes a lo largo de los siglos.
Los historiadores sitúan su edificación a comienzos del siglo XIII, siendo el románico y el gótico los estilos que caracterizan este desacralizado monasterio.
Ermita de San Saturio
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viernes, 2 de octubre de 2009
Cristos Templarios
martes, 29 de septiembre de 2009
Huellas del Temple en Castillejo de Robledo
lunes, 28 de septiembre de 2009
Maderuelo: la otra Vera Cruz de Segovia
miércoles, 23 de septiembre de 2009
Arquitectura octogonal: ¿un modelo de arquitectura templaria?
martes, 22 de septiembre de 2009
Santorcaz del Temple
martes, 15 de septiembre de 2009
¿Hubo templarios en Garray?
lunes, 14 de septiembre de 2009
El castillo de Montalbán
domingo, 13 de septiembre de 2009
Templarios en Montalbán
Situado, aproximadamente, a 13 kilómetros de la toledana población de la Puebla de Montalbán, las murallas de esta fortaleza, que en tiempos debió de ser formidable, a juzgar por sus dimensiones, es el foco de atracción de numerosos visitantes, curiosos y nostálgicos, atraídos por una orden medieval de monjes-guerreros, los pormenores de cuya historia y leyenda, al cabo de setecientos años después de su desaparición, continúan despertando un interés inusitado: la Orden del Temple.
Hasta tal punto levanta pasión todo lo relacionado con los templarios, que hay quien incluso pernocta en el castillo, y en el silencio de la noche, aprieta la tecla recording de sus grabadoras con la esperanza de que las psicofonías obtenidas le revelen, desde los ecos mismos del pasado, secretos que posiblemente cualquier historiador -ortodoxo o no- haya hecho públicos hace muchos años.
Créase o no, cuando los vi, según me acercaba a las ruinas, pensé que quizás algún supuesto heredero de Jacques de Molay había acudido a tomar posesión de un castillo que el rey Alfonso VIII había donado a la orden, por su participación en la conquista del reino de Toledo. Y como ahora está de moda reclamar, se tenga o no derecho, y si no, que se lo pregunten al Papa...
Como decía, no deja de ser curioso que si la Delegación Provincial de Medio Ambiente de Toledo, según resolución del 5 de abril de 2005, sólo prohibe el acceso al castillo del 1 de febrero al 31 de mayo -por temporada de caza-, cuatro nostálgicos de Molay intenten limitar ese derecho, haciendo incómoda la visita de los demás.
lunes, 31 de agosto de 2009
Santa María de Siones: ¿un mito templario?
He aquí, algunos de ellos:
- El cráneo y las tibias. Parece constatado que ésta representación se ha localizado en numerosas lápidas templarias. Un ejemplo claro, pueden ser aquellas que se localizan junto al edículo central y enfrente de la capilla de la Virgen de la Paz, en la iglesia segoviana de la Vera Cruz. Incluso se ha extendido la teoría, entre más de un investigador, de la posibilidad de que la famosa bandera pirata, la Jolly Rogers, tuviera sus orígenes en éste símbolo atribuído al Temple.
- Un capitel que muestra dos personajes, quizás dos caballeros, enseñando un libro abierto en medio de ellos, y que podría hacer referencia a la conocida dualidad templaria. Recordemos el símil más conocido, aquél que representa a dos caballeros a lomos de un único caballo que, de manera exotérica, aludiría a la pobreza inicial de la Orden.
- Una mano abierta -posible alusión al número cinco, y por defecto, al pentágono- cuyos dedos señalan hacia abajo, en dirección a la tierra, en contraposición a aquella otra que se localiza en la iglesia de San Lorenzo de Vallejo, cuyos dedos señalan hacia el cielo. El pentágono de la iglesia templaria de San Bartolomé, en el Cañón del Río Lobos, apunta también hacia abajo.
- La cabeza del carnero, posible referencia al signo astrológico de Aries, primer signo del Zodíaco, regido por el planeta Marte; un símbolo eminentemente de carácter enérgico y guerrero. Con relación al Tarot, el símbolo de Aries correspondería con el Emperador o el Papa, y como todos sabemos, los templarios sólo rendían pleitesía a éste último. También el carnero o macho cabrío, se asocia a la figura del diablo, a los ritos oscuros, a los aquelarres... ¿Podría tratarse, en este caso, de una alusión velada al misterioso Baphomet?.
Pero quizás, los símbolos que más motivo de especulación generan entre los investigadores, sean varios localizados en el interior de la iglesia.
Dentro de la considerable iconografía que hacen del interior de la iglesia de Santa María un lugar decididamente especial, sobresalen, como una constante sobrenatural, las contínuas referencias a la figura del demonio, bien en solitario, bien en multitud (capiteles con numerosas caras demoníacas) o bien sufriendo el rechazo de Cristo a un lado, o los tirones de pelo de la santa, al otro.
Estas se localizan, principalmente, en sus laterales, donde pequeñas capillas, semejantes a arcosolios, narran pormenores referentes a pasajes de la vida de santa Juliana, el de la derecha, y de la tentación de Cristo en el desierto, el de la izquierda.
No obstante, es en un capitel del ventanal central situado en el ábside, donde se muestra, bien visible, el motivo más interesante y polémico de todos: aquél que para los historiadores ortodoxos representaría a dos canteros transportando una pesada piedra, bajo la atenta mirada del maestro o del capataz, y en el que, por defecto, los defensores de la teoría templaria identificarían -y he aquí los posibles orígenes de un gran mito- con dos monjes-guerreros, realizando la labor de transportar el Arca de la Alianza, bajo la atenta mirada de un superior, posiblemente el Gran Maestre.
Si hemos de ser lo más objetivos posible, cabe comentar el detalle de que no deja de resultar curioso que el mencionado capitel se encuentre en una zona tan sagrada y no en cualquier otro lugar menos importante del templo, por lo que habría que considerar, en realidad, cuál es el mensaje que quiso transmitir el cantero y la importancia que le quiso dar, situándolo en el mencionado lugar. A éste respecto, sería conveniente añadir la opinión generalizada en algunos círculos, que verían en el Arca -aparte de su poder intrínseco como arma, descrito en la Biblia- otra función de contenedor o depósito de documentos -Gradale-, que atestiguarían el origen del Grial o Sangreal, en la unión de Jesús y María Magdalena y su posterior descendencia.
Porque, si de la zona del altar hablamos, sí podemos localizar, sin demasiado esfuerzo, en un basamento que se encuentra justo debajo de mismo como si fuera una tercera columna, una cruz paté; y aún más abajo de ésta, un motivo que representa agua y dos peces (de nuevo la dualidad). El pez, símbolo del Cristianismo, y el agua, otra posible alusión astrológica, ésta vez al símbolo de Piscis, y apurando, incluso una posible referencia, también, al signo de Acuario.
Recordemos que, según la Astrología, la Era de Piscis coincidió con el nacimiento de Jesús; y fue en ella donde, simbólicamente, nació también el Cristianismo. A la Era de Piscis, dos mil años después, le sucedería la actual Era de Acuario; una Era en la que, según pronostica el Zohar, todos los tesoros celestiales y los enigmas ocultos que durante generaciones no han sido resueltos, se descubrirán...
domingo, 23 de agosto de 2009
Vallejo de Mena: iglesia de San Lorenzo
Otra simbología, posiblemente relacionada con la Astrología y la Alquimia -artes consideradas como ocultas y prohibidas, en las que, supuestamente y según algunos autores, participaban los templarios y localizables en numerosas iglesias a ellos atribuídas- pueden verse, entreveladas o sujetas a una doble interpretación, en figuras como el arquero humano y el arquero-centauro, las cuales, posiblemente, aludirían a Sagitario en sus dos acepciones: como símbolo astrológico y como constelación.