Leyendas del Cañon de Río Lobos
Cuándo, dónde y por qué surgieron las leyendas en torno al Cañón del Río Lobos, se ignora. Posiblemente algunas de ellas, como la de los extraños ruidos mencionados por Eric Alvarez -en la fecha de la grabación, 2 de mayo de 2008, guía de la ermita de San Bartolomé- fueran conocidos desde el alba de los tiempos, siendo de alguna manera divinizados, o mejor dicho animizados, por el hombre de la Edad del Bronce, que se sabe habitó el lugar y lo sacralizó.
Que el Temple ha despertado siempre el interés popular, tanto a favor como en contra, lo demuestra el hecho de que su memoria ha permanecido en el subconsciente colectivo, alimentando un sin fin de historias, cuentos y leyendas, como la que circula por estas tierras de Soria relativa a sus apariciones fantasmales, y que, como apunta Eric, forma parte del folklore popular de Ucero y los pueblos de alrededor, referido al ámbito mágico de la noche de San Juan o lo que es lo mismo, el solsticio de verano.
Pero esto evidencia, tan sólo, una ínfima parte de la punta del iceberg legendario que, cada vez más desvirtuado, forma una parte importante de la idiosincracia del lugar. Es por ello, que no hemos de olvidar que, después de todo, los orígenes de la ermita de San Bartolomé, por citar un ejemplo, se fundan, según una leyenda muy conocida, en un hecho prodigioso, como es el lugar en el que quedaron grabadas las huellas del caballo de Santiago, cuando éste, huyendo de los invasores musulmanes, se lanzó desde uno de los escarpados desfiladeros.
Otro dato interesante, es que, a medio camino, aproximadamene, entre el segundo aparcamiento y la ermita, otra leyenda -que se repite hasta la saciedad en numerosos lugares de la provincia, e incluso fuera de ella, directa o indirectamente relacionados con la presencia de los templarios en los alrededores- es aquella que habla de un pueblo abandonado al morir envenenados todos sus habitantes. En el caso que nos ocupa, dicho pueblo se llamaba Valdedea, aunque bien es cierto que del mismo no queda ni rastro.
Observamos, pues, que aparte de los numerosos misterios que encierra -morfológicos e históricos, principalmente- el entorno del Cañón del Río Lobos, limítrofe entre las provinciazs de Soria y Burgos, aparte de Reserva Natural, constituye, también, una Reserva Folklórica de primera magnitud.
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