Templarios en Montalbán
Hay lugares que conservan el espíritu, imanes que, aunque revestidos de soledad, olvido y desamparo, todavía mantienen, en lo más profundo de sus cimientos, un corazón que aún late con la fuerza que le proporciona un pasado gloriosamente histórico, ungido en el fragor de las batallas y consagrado a ser una leyenda. El castillo de Montalbán, sin duda, es uno de ellos.
Situado, aproximadamente, a 13 kilómetros de la toledana población de la Puebla de Montalbán, las murallas de esta fortaleza, que en tiempos debió de ser formidable, a juzgar por sus dimensiones, es el foco de atracción de numerosos visitantes, curiosos y nostálgicos, atraídos por una orden medieval de monjes-guerreros, los pormenores de cuya historia y leyenda, al cabo de setecientos años después de su desaparición, continúan despertando un interés inusitado: la Orden del Temple.
Hasta tal punto levanta pasión todo lo relacionado con los templarios, que hay quien incluso pernocta en el castillo, y en el silencio de la noche, aprieta la tecla recording de sus grabadoras con la esperanza de que las psicofonías obtenidas le revelen, desde los ecos mismos del pasado, secretos que posiblemente cualquier historiador -ortodoxo o no- haya hecho públicos hace muchos años.
Otros, sin duda influenciados por la mitosis que, créase o no, llegará un momento en el que sea tratada por el médico de cabecera, abren de cuando en cuando el baúl de los recuerdos y vistiéndose el hábito blanco, fantasmal, que caracterizaba a los pauperes commilitones, ondean teatralmente el estandarte patado en lo más alto de las murallas. Y créase o no, toparse con ellos puede constituir una nota de colorido al lugar, pero también un completo incordio.
Créase o no, cuando los vi, según me acercaba a las ruinas, pensé que quizás algún supuesto heredero de Jacques de Molay había acudido a tomar posesión de un castillo que el rey Alfonso VIII había donado a la orden, por su participación en la conquista del reino de Toledo. Y como ahora está de moda reclamar, se tenga o no derecho, y si no, que se lo pregunten al Papa...
Créase o no, cuando los vi, según me acercaba a las ruinas, pensé que quizás algún supuesto heredero de Jacques de Molay había acudido a tomar posesión de un castillo que el rey Alfonso VIII había donado a la orden, por su participación en la conquista del reino de Toledo. Y como ahora está de moda reclamar, se tenga o no derecho, y si no, que se lo pregunten al Papa...
En fin, el caso es que les pegunté cordialmente si podía sacarles un par de fotografías con las que ilustrar esta anécdota. Me dijeron que sí, aunque no demasiado cordialmente, a juzgar por el gesto de fastidio de sus caras. Fue su único gesto, valga la redundancia, digamos que amable. A partir de entonces, me convertí en el intruso. Me hizo gracia, porque cada vez que me acercaba, intentando sacar un reportaje del castillo, que era lo único que me interesaba, una cabeza asomaba por algún hueco de las murallas y aunque procuraba no gritar, el eco -siempre acusica- traía consigo una frase que ya terminó aburriéndome: cuidado, se acerca el intruso.
Como decía, no deja de ser curioso que si la Delegación Provincial de Medio Ambiente de Toledo, según resolución del 5 de abril de 2005, sólo prohibe el acceso al castillo del 1 de febrero al 31 de mayo -por temporada de caza-, cuatro nostálgicos de Molay intenten limitar ese derecho, haciendo incómoda la visita de los demás.
Como decía, no deja de ser curioso que si la Delegación Provincial de Medio Ambiente de Toledo, según resolución del 5 de abril de 2005, sólo prohibe el acceso al castillo del 1 de febrero al 31 de mayo -por temporada de caza-, cuatro nostálgicos de Molay intenten limitar ese derecho, haciendo incómoda la visita de los demás.
Por fortuna -y por derecho-, terminé de hacer lo que había ido a hacer, con el beneplático o no de mis neo-templarios vecinos, y sin más dilación, me encaminé a un lugar cercano e interesentemente jugoso: la ermita visigoda de Santa María de Melque. Pero claro, eso es otra historia.
Comentarios
En "parque temático" de toda clase de "fantasiosos" y "fantaseantes" personajes -y el que se pica...-
Hace mucho que no he vuelto por allí, desconozco si continúa igual, es decir, arruinándose poco a poco.
Lo recuerdo como un lugar "mágico", en el buen sentido de la palabra, un lugar donde podía respirarse, en la libre naturaleza, algo de lo bueno que tuvo aquella edad lejana, que llamamos medievo.
Salud y fraternidad.
Nos gustaría que no hubiera escrito un comentario sobre nosotros sin habernos conocido anteriormente, ya que quien lo haya leido puede haberse hecho una mala imagen de nosotros como personas.
En nuestro grupo somos tres licenciados en Historia del Arte, por lo que puede imaginar con que respeto vamos al castillo como sitio histórico, yo personalmente entre otras muchas cosas también soy administrativo como usted, y también tenemos un maquillador profesional de cine, como vé no somos ese tipo de gente vulgar que va a los sitios a incordiar y meter jaleos, cierto es que uno de nosotros es muy serio, y quizás a usted le pareció que le ponía mala cara al solicitarnos permiso para las fotos.
Una aclaración: en primer lugar decirle que no somos neotemplarios, ya que como pudo comprobar éramos una chica vestida de noble medieval, un chico vestido de cruzado, otro vestido de arquero, y un único templario.
Y en segundo lugar nuestra intención no fué incordiar a ningún otro visitante del castillo, con nuestra presencia, ya que todos tenemos el mismo derecho a visitarlo.
Al igual que a usted nos apasiona el mundo medieval, y lo tratamos con mucho respeto y el mayor rigor histórico posible, si se fijó en nuestra indumentaria lo pudo comprobar.
Nuestra intención fué hacernos un buen reportaje fotográfico teniendo como telón de fondo el castillo; en ningún momento pensamos que nuestra jovial presencia podría molestarle a usted, ya que otros visitantes se estuvieron haciendo fotografías con nosotros y comentando nuestro interés por el medievo.
De hecho tuvimos la increible suerte de encontrarnos a la vuelta, en el camino, a la hija de la actual dueña del castillo, la Sra. Duquesa de Osuna y Condesa de Montalbán, a la que la encantó nuestra presencia en su finca, quedando como constancia unas fotos que le invitamos a ver en mi blog que se llama www.blogesther.esthercordero.es, para que compruebe que además nosotros no nos dimos cuenta de la presencia suya,(que yo la verdad ni le recuerdo), ya que usted ha comentado que estuvimos observándole y dicendo que era un "intruso", nada más lejos de la realidad, porque, sinceramente, no nos dimos cuenta de quién estaba allí, ya que estábamos más pendiente de nuestras fotos y de nuestros "juegos" en los que a voces, sí escucharía peleas imaginarias, contra "sarracenos e infieles" que quizás es lo que usted pudo oír y pensar que era contra su persona.
Si es así, desde aquí le pedimos todo el grupo perdón, aunque creemos que no hemos hecho nada que le haya podido ofender.
Es más, le invitamos que venga a nuestro pueblo a tomar algo, nos ofrecemos como guías turísticos de nuestro pueblo, y si quiere le volvemos a llevar al castillo cualquier día del año que usted quiera, ya que contamos con el beneplácito de sus dueños.
Esperamos con eso poder resarcirle de las molestias que según usted cuenta le causamos en esa mañana.
También le invitamos a visitar la web de las cumbres de montalbán, www.lascumbresdemontalban.com, una asociación cultural que edita una revista bimestral de historia y en la que uno de nosotros ha publicado dos artículos referentes al asedio a Juan II de Castilla en Montalbán, en los números 8 y 9 de las revistas, y en el número 10 otro referente a la arquitectura del castillo en los siglos XV y XVI.
Ah, nos olvidábamos de comentarle que la virgen "blanca" de Melque ahora está en nuestro pueblo por lo tanto también podemos enseñársela, ya que uno de nosotros está muy interesado en el tema templario y le gustaría tener contacto con usted.
PD.: La donación del castillo fué por Alfonso VII (séptimo) y no por Alfonso VIII (octavo)como indica usted en el anterior comentario.
Sin más nos despedimos con un cordial saludo.
Esperamos que leas el comentario que le hemos escrito a Juan Carlos. En él se constata que nosotros no usamos el castillo como Parque Temático.
Gracias a Dios todavía no necesitamos al psiquiatra ni al médico de cabecera como dice Juan Carlos, ni somos tan "fantasiosos" o "fantaseantes" para creernos herederos de Jacques de Molay, ya que nuestra intención aquel día fué el de hacernos un reportaje fotográfico en el castillo, sin más.
Atte.,
ECM.
Otra cosa, Esther; con respecto a Rafa, y en su descargo, le puedo comentar que es una persona de un exquisito nivel cultural y de sobrada educación, y que si comentó algo que les pudiera molestar, lo hizo, única y exclusivamente por mi culpa, dado que es un gran amigo y creyó todo cuanto yo comenté. No obstante, le informaré oportunamente de su comentario. Otra cosa: si considera la posibilidad de contestar, me gustaría que a partir de ahora lo hiciéramos como amigos y tuteándonos. Un cordial saludo a los tres.
Aunque Juancar ha tenido la nobleza de culparse por mis palabras, creo la responsabilidad de las mismas es únicamente mía y de ellas debo responder.
Son pocas las ocasiones que tiene uno de equivocarse con alegría. Es por ello más grato, poder decir: "me alegro de haberme equivocado".
Y me alegro doblemente, de una parte porque puedo pedir disculpas con sinceridad, y de otra porque las cosas no eran negativas como yo pensaba, sino efecto de una apresurada interpretación y desconocimiento real de los hechos.
Mi explicación, ya que no justificación, es que la experiencia en el campo templario me ha deparado toda clase de "chascos", con toda clase de personas "peculiares", tipos que sí han convertido determinados lugares y determinadas fechas en "parque temático", no ya de sus fantasías, sino de sus locuras. Y por la humana condición, a veces uno juzga o interpreta basándose en experiencias negativas anteriores, antes de pararse a analizar.
Así pues, os reitero las disculpas si mis palabras pudieron sonar ofensivas, cosa que no intentaban, pues tan solo pretendían dejar constancia de lo que yo creí interpretar, con ánimo sarcástico, es cierto, pero en modo alguno injurioso.
Al igual que Juancar, os tiendo la mano y quedo a vuestra disposición.
Salud y fraternidad.