Huellas del Temple en Castillejo de Robledo


Dejando atrás Maderuelo, y haciendo frontera con las provincias de Segovia y Burgos, en Castillejo de Robledo, además de ser el pueblo más frío de Soria -cuando no de España- encontramos un rastro indeleble del paso y permanencia del Temple en la región. Apenas inidentificable en los muñones somnolientos de su castillo, la iglesia románica de Nª Sª de la Asunción -en rehabilitación- nos ofrece el mejor testimonio, en las huellas, sobre todo de unas pinturas que impresionan por su espectacularidad, decorando interiormente el ábside con los colores inequívocos del bauceant o estandarte templario: el blanco y el negro.


Comentarios

KALMA ha dicho que…
Hola! Un sitio cercano por descubrir y he rondado cerca. Canecillo por canecillo, señal por señal... ¡Qué minucioso! y aunque los andamios sean poco ortodoxos ¡Bien por la rehabilitación! Un saludo.
juancar347 ha dicho que…
La verdad es que merece la pena, ya sea por las ruinas del castillo y sus leyendas, la iglesia y las maravillas que encierra y el buen yantar: un cocido en Castillejo es bocata di cardenale. Tengo fotos sin los andamios,pero he preferido poner éstas, más recientes, para que nadie se de un paseo en balde. Creo que todavía no han terminado la rehabilitación del tejado, y que una vez que abran de nuevo la iglesia, se ha aleccionado a los viejetes que tienen la llave para no permitir sacar fotografías. Un abrazo
Unknown ha dicho que…
El interior de esa iglesia debe ser una locura!! Pura geometría templaria provocando, imagino, sensaciones espaciales desconcertantes. ¡Cómo me gusta! Es realmente peculiar!. Y además me alegro por la rehabilitación, que ya he leído finaliza en 2010.

He visto el video una decena de veces, Juancar, y pienso continuar haciéndolo.Por cierto, la indicación gastronómica que le das a Kalma es un motivo añadido para realizar la visita este otoño.
juancar347 ha dicho que…
Es realmente espectacular, Iconos. La conocí a través de un libro de Angel Almazán, y vi un par de fotografías en blanco y negro. Pero cuando llegas allí, y estás en su interior, realmente es una sensación de incredulidad. Todo geometría y simbolismo, y lo que todavía ocultan sus paredes...Realmente merece la pena visitar esta iglesia, aunque habrá que esperar a que termine la rehabilitación. Primavera sería el momento ideal; el invierno alli es de lo más crudo. Y en cuanto al cocido, no exagero: con un cocido para dos, pueden comer cuatro. Me alegro de que te haya gustado, y si cuando vayas no puedes sacar fotografías, con gusto te envío las que quieras.
Baruk ha dicho que…
No me fastidies! nada de fotos? jó! cuando has estado tu ahí?
juancar347 ha dicho que…
Hola, Baruk. Las fotos del interior de la iglesia las conseguí hace dos años, y no creas, me costó volver una segunda vez porque en la primera seme estropeó la tarjeta gráfica. La última vez que estuve, fue en novieme, después de pasar por Maderuelo. La iglesia todavía en obras y la mujer de Francisco (el abuelete que tiene la llave) ya me previno que les habían indicado no dejar que se hicieran fotos. Pero en fin, conozco a Francisco y sé un truco queya te contaré...
Martin José ha dicho que…
Iglesia de las más representativas del temple en su totalidad. La bóveda, con esas sencillas cuadriculas pintadas en blanco y negro dando una sensación de profundidad en varias dimensiones según abras o cierres los ojos, es extraordinaria.
Hubo anécdota para poder visitarla por dentro. la guardiana de la llave hizo que llamara a gritos mirando a los campos a su marido. Al no responder este, casi la obligo sin violencia a que me la enseñe o me deje la llave. ¡¿Qué dije?!. Ni a Dios le dejo yo la llave- me respondió desde el zaguán- . Al final accedió y al observar mi sincera admiración, hasta cruzó amables palabras conmigo.
juancar347 ha dicho que…
Estoy de acuerdo, amigo Martín, aunque olvidas mencionar las intereantes pinturas descubiertas por casualidad, así como el fenomenal dragón pintado en las vanos del ábside. Conocí hace años a ese matrimonio. El hombre es de lo más amable y locuaz, y lo cierto es que se portó de maravilla. La mujer es más huraña, pero no por malicia, sino por puro instinto de desconfianza rural. Además, les leyeron la cartilla después de la remodelación e incluso ponen muchas pegas con respecto a las fotos, alegando la vieja consigna de que afectan a las pinturas. Pero qué duda cabe de que tenemos aquí un ejemplar extraordinario como pocos. Tal vez vuelva este verano. Saludos

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