Morón de Almazán: ermita de Nª Sª de los Santos



Como ya aventuraba en la entrada anterior, dedicada a ese curioso enigma epigráfico, al que por falta de una identifidación mejor, refería simplemente como el Signum -que en algunos ámbitos, es oportuno recordar, se asocia con el Temple y no deja de ser curiosa, además, su presencia en lugares que les pertenecieron o que supuestamente se les atribuyen- y que, entre otros diversos lugares, se localiza también en la portada principal de acceso a la iglesia de la Asunción, en la localidad soriana de Morón de Almazán, existe una tradición, recogida en su momento por Pascual Madoz, que refiere que la cercana ermita de Nª Sª de los Santos -o de los Santos Nuevos- fue en tiempos un convento de templarios.
Situada a las afueras de la población, aunque a la vista de la imponente torre de la iglesia, que se eleva sobre muela o elevación del terrero con cima plana, donde pueblos, como los celtíberos, solían tener predilección a la hora de levantar sus castros -precisamente, la imagen románico-gótica que allí se venera lleva ésta determinativa advocación, Virgen de la Muela- de la primitiva construcción románica, apenas se conserva, muy reformada, parte de su planta rectangular original, siendo opinión de algunas personas (1) que quizás, en la época a la que nos referimos -siglos XII a XIII- hubiera existido la posibilidad de que el templo hubiera dispuesto, así mismo, de un pequeño claustro. Detalle no demostrado, desde luego, y de cuya existencia, si efectivamente alguna vez lo tuvo, no queda constatación ni vestigio.
Sí existió, por el contrario, un curioso banderían arrebatado a los moros en combate y consignado también por Madoz -detalle similar, al estandarte arrebatado de la tienda de campaña del Miramamolín sarraceno en 1212, durante el transcurso de la determinante batalla de las Navas de Tolosa, conocida también como de los Tres Reyes- que estuvo expuesto en el interior de la ermitad durante muchos años, y que en la actualidad se encuentra desaparecido, sin que se tengan noticias de su destino ni tampoco una fecha aproximada de su desaparición.
Tampoco la portada de acceso a la ermita parece corresponderse con la original -ignorándose, igualmente, qué ha sido de ésta-, aunque sí conserva dos elementos originales, no exentos de cierta belleza e interés: una Virgen y un Cristo crucificado, ambos labrados en piedra, que pueden observarse formando parte de la fachada oeste.
Significativa, por otra parte, resulta la hornacina que cobija a ésta imagen virginal, cuya cúpula, similar al Nacimiento de Venus, de Bottichelli, representa una concha -forma, también, que disimula un símbolo lapidario muy presente en muchas contrucciones románicas, generalmente asociadas con el Camino de Santiago- que se sustenta sobre unos arcos románicos esmeradamente labrados -muy similares, comparativamente hablando, a los del ábside del monasterio de San Juan de la Peña, donde actualmente se puede ver una fiel reproducción del Grial, cuyo original se conserva en la catedral de Valencia- detalle éste último, dicho sea de paso, no muy corriente. La erosión, no permite observar en detalle si lo que porta la Virgen es el tradicional Niño -que en las antiguas representaciones románicas, apenas tenía afinidad alguna con la figura de la Madre-, aunque en éste caso, podría tratarse de un símbolo de poder, y más concretamente, algún tipo de cetro.
Otro detalle interesante, confirmado por el párroco, es aquél que hace referencia, de manera tradicional, a la existencia de un túnel que conectaría la iglesia de la Asunción, con ésta ermita. Detalle que concuerda con tradiciones similares, localizadas en otros lugares. Uno de tales lugares, por ejemplo, sería la iglesia de Santo Adriano de Tuñón, en el concejo asturiano de igual nombre que, junto con los de Teverga, Quirós y Morcín -cercanos a ese foco ineludible de interés, que es el Monsacro- formaría parte de la denominada Ruta de las Reliquias (2), muchas de las cuales se conservan en la denominada Arca Santa que se custodia en la catedral de San Salvador de Oviedo.
Túnel que, -al igual que sucede en el caso de Tuñón, o en ese otro que, según algunos vecinos de Leache (Navarra), conectaba la hoy prácticamente desaparecida iglesia de San Martín, con la casa que, en este caso, los caballeros hispitalarios tenían en el pueblo-, nunca se ha localizado. No obstante, en el caso de Morón, puede ser interesante añadir que, en opinión del párroco, de existir dicho túnel, lo más probable es que éste se localizase en la cripta de la iglesia de la Asunción.


(1) Tal comentario, surgió cuando visité la ermita, el pasado 24 de noviembre, en compañía de Cándido Heras, vecino de Soria, aunque natural de Señuela y de don José, el párroco titular.
(2) Sobre este tema de las reliquias del Monsacro, sería interesante recordar un detalle, en principio curioso, cuando no significativo. Hay referencias, ya comentadas, entre otros, por el Padre Luis Alfonso de Carvallo, en sus Antigüedades y cosas memorables del Principado de Asturias, referentes, en primer lugar, a las reliquias traídas de Tierra Santa por Santo Toribio, obispo de Astorga. Y por otra, y este detalle resulta muy significativo, de un segundo grupo de ¿reliquias?, que Pelayo ocultó también en el Monsacro, y que consiguió sacar de Toledo antes de que la antigua capital del reino visigodo fuera tomada por los árabes.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Es muy recurrente en atribuir al temple ciertas edificaciones religiosas, pero que desde la iglesia haya un túnel a la ermita, es estirar mucho el hilo.
Me podría decir cómo hicieron para ir por debajo del río? Ya que para llegar a la ermita hay que cruzarlo
juancar347 ha dicho que…
Estimado anónimo:

En primer lugar, le emplazo a que vuelva a leer otra vez la entrada y se dará cuenta de que en ella no se afirma ni se niega nada, simplemente se comenta y se muestra un lugar al que por lo menos el que suscribe se toma la molestia de ir, detalle que le puedo asegurar que no todo el mundo hace. Un lugar que, como docenas o cientos a lo largo y ancho de la geografía española, no dispone de documentación histórica que lo avale, pero sí de 'tradiciones populares', de las cuales, con respecto al túnel, he citado dos ejemplos similares, con la diferencia de que en los otros dos lugares de Asturias y Navarra que menciono, no hay río. Dado que no soy ingeniero, y por lo tanto, en este sentido no tengo ningún reparo en reconocer mis carencias técnicas relacionadas con esa profesión, no podría ofrecerle una explicación lo suficientemente lógica como para no caer en la estupidez. Pero sí le puedo decir, que durante la Antigüedad más remota y la Edad Media, hubo excelentes zapadores que hicieron obras de ingeniería frente a las que podríamos quitarnos el sombrero. Sobre todo, a la hora de conquistar castillos, en los cuales los árabes eran auténticos especialistas.
Un cordial saludo.

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