La encomienda templaria de Aberin

Una vez suprimida la Orden del Temple, las posesiones que éstos tenían en Navarra, pasaron a engrosar el patrimonio, principalmente, de la que, a pesar de participar codo con codo en numerosas acciones de combate en Tierra Santa y tener, a priori, similares objetivos, se ha considerado siempre su eterna rival: la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén. Si dejamos aparte Puente la Reina -de la que volveré a hablar, no obstante, en otra entrada- son diversos los autores que coinciden en señalar, con absoluta certeza, la existencia de dos importantes encomiendas que el Temple tuvo en tierras de Navarra: la de Ribaforada y la de Aberin. Ambas, terminaron en manos de los hospitalarios en 1313.

Se puede considerar el pueblecito de Aberin, situado a escasos kilómetros de Estella, como uno más de los numerosos pueblos que se formaron a raíz de las acciones de repoblación llevadas a cabo por diferentes reyes, en las que el Temple tuvo un especial protagonismo. Y reitero lo de especial protagonismo, no referido al ámbito guerrero o esotérico, que suelen atraer más la atención, sino a la jurisprudencia -si se me permite la utilización de dicho término- que ejercían en aquellos lugares que, bien por permuta o bien por donación, pasaban a considerarse de su dominio y propiedad, y sobre los que tenían la suficiente autoridad como para otorgar cartas de población o mejora de fueros. Al parecer, Aberin fue uno de estos casos.

A diferencia de numerosos lugares que fueron o se sospecha que pudieran ser de origen o propiedad templaria, cuya falta de documentación histórica obliga al investigador a moverse ineludiblemente por el escurridizo universo de lo hipotético, de Aberin y su encomienda se conocen datos fidedignos como para situar sus comienzos en el año 1177, cuando el lugar fue donado por el rey Sancho VI, padre, imagino, de un sucesor, Sancho VII el Fuerte, que jugaría un importante papel en la decisiva batalla de las Navas de Tolosa, acaecida en julio de 1212. También se conoce el nombre de uno de los primeros Maestres, Pedro de Rovira y se sabe que una cincuentena de años después, en 1225, permanecían en la encomienda de Aberin un comendador de posible nombre y origen francés -Aymerich de Estuga- y seis freires más.

Las principales actividades y fuente de recursos de la encomienda, estaban basados en la explotación agrícola, y dentro de ella, parecían tener un papel destacado la plantación de cereales y los olivos. De hecho, aún se pueden apreciar numerosos olivos, no sólo en los campos adyacentes, sino también en los campos pertenecientes a otros términos municipales cercanos, como puede ser el caso de Villatuerta, localidad situada a 5 kilómetros de distancia. En Villatuerta, curiosamente, se dan tres circunstancias interesantes, que creo no estaría de más comentar, siquiera de una manera somera:

- es el lugar de nacimiento del Patrón del Camino Jacobeo navarro, San Beremundo. San Beremundo -el nombre ya de por sí lo dice todo, ver el mundo (1)- es otro de esos interesantes personajes del Camino, portador del báculo característico no sólo a la figura de los grandes Magisters, sino también de los Grandes Maestres del Temple.

- a las afueras de Villatuerta, y rodeada por campos de olivos, hay una ermita de posible origen prerrománico, muy visitada por los peregrinos -en espera de la correspondiente entrada, se pueden ver los exvotos de éstos, en la entrada que lleva por título Hermanos del Camino, de mi otro blog Recuerdos de un peregrino- que se encuentra bajo la advocación de uno de los santos devocionales de la Orden: San Miguel.

- Dentro del término municipal de Villatuerta, y en uno de los laterales de su hermosa iglesia gótica dedicada a la figura de la Asunción, se puede ver un curioso graffiti, que algunos atribuyen a los templarios, y que, aparte de encontrarse en numerosos templos navarros (2), se localiza, también, en la iglesia de planta octogonal de Santa María de Eunate (ver minuto 054 del segundo vídeo, pues también se encuentra en Aberin).

La encomienda de Aberin, por otra parte, quedaba situada en pleno camino jacobeo navarro, y como se puede apreciar en los vídeos, ha sobrevivido lo suficiente de ella, como para darnos una idea, siquiera aproximada, de cómo era en realidad: un extenso recinto amurallado, de forma cuadrada o rectangular, provisto de torres en cada una de las esquinas, aunque no todas ellas han sobrevivido. Un recinto, capaz de albergar, aparte de las caballerizas, los alojamientos de los freires y los graneros, un hospital para la atención de los peregrinos.


Hoy en día, éstas dependencias son de propiedad particular, y resulta previsible suponer que sus propietarios las utilizan para guardar sus aperos. Por desgracia, la visita, aunque fructífera, no fue completa porque la persona que tenía la llave de la iglesia no se encontraba en el pueblo.




Ahora bien, independientemente del simbolismo interior perteneciente a la iglesia de San Juan Bautista, el simbolismo exterior -principalmente los capiteles del pórtico de entrada- así como las numerosas marcas de cantería, dan óbice suficiente para la especulación:


Dejando a un lado los capiteles que muestran escenas más o menos conocidas e interpretables, como el de la Anunciación, uno que podría representar la conocida historia de Sansón y el león (3) y otro que muestra una lucha de guerreros en el que algunos autores creen ver a un soldado del Temple luciendo heráldica en su escudo, no deberían llamarnos demasiado la atención, las alusiones a la dualidad (4). Sin embargo, aquí, en los capiteles, la dualidad constituye un motivo que se repite con asombrosa frecuencia, aludiendo, también, en mi opinión, a la figura de Géminis o los Gemelos, representados, en algunos de los motivos, detalladamente unidos por la cabeza. Entrelazados sus cuellos, aunque menos elaboradas, se encuentran, así mismo, dos ocas, similar tipo de representación que las que podemos encontrar en uno de los capiteles del pórtico de entrada de la iglesia del Crucifijo de Puente la Reina. Las arpías, por regla general, asociadas con la maldad y el pecado, son otro de los motivos que también se localizan y repiten en los capiteles. Incluso las caras animales o monstruosas de cuya boca surgen lianas (5) similares en sentido y factura a muchas otras que se localizan en numerosos templos románicos, relacionados o no con el Temple, incluido el de Eunate, aunque en éste son dobles.


Existe, también, una gran variedad de marcas de cantería, cuya extensión se hace más patente n la zona absidial de la iglesia de San Juan Bautista. Entre ellas, se encuentra el báculo, presente en numerosos templos templarios, así como otra curiosa marca, con forma de i griega, que el investigador francés Louis Charpentier (6) cataloga dentro de los múltiples símbolos hallados en las polémicas tabletas de Glozel (7).


(1) La sugerencia me la comentó amablemente Rafael Alarcón Herrera, cuando abandonábamos la iglesia de la Asunción de Villatuerta y nos encaminábamos hacia la ermita de San Miguel.


(2) Este símbolo, también se localiza en algunas iglesias de las Cinco Villas aragonesas y en la iglesia soriana de San Miguel Arcángel, en Andaluz.

(3) A los templarios les estaba prohibida la caza, excepto la del león. Este detalle podría ser también alegórico. El león, precisamente, era el animal representativo del evangelista San Marcos: 'aquél que grita en el desierto'. Se ha representado, también, de manera simbólica aludiendo a la figura de Jesucristo: 'el León de Judá'.

(4) La dualidad estaba muy presente en el mundo simbólico de los templarios: dos caballeros en un solo caballo; o comiendo de la misma escudilla; dos colores en su bauceant o estandarte...

(5) Se barajan diferentes líneas de interpretación a referidas a estos confusos motivos, abundantes en el Arte Románico: alusión al mundo celta y la Antigua Religión; indicación de sigilo y secreto entre los gremios canteros; añoranza de la Edad Dorada, perdida con el pecado de Adán y Eva; e incluso, según diversas fuentes, una referncia al 'don de lenguas'.

(6) Louis Charpentier: 'Los gigantes y el misterio de los orígenes', Editorial Plaza & Janés, 1976.

(7) Glozel es una localidad situada en el departamento francés de Allier. Las misteriosas tablillas con gran profusión de símbolos desconocidos, fueron descubiertas por Emile Fradin en marzo de 1924, generando tanta controversia en el mundo científico que, incapaz de descifrarlas, no tardó en considerarlas una falsificación.





Comentarios

Alkaest ha dicho que…
Dice el refrán: "Al que madruga, y no al que dios ayuda..."
Tú has madrugado, y lo has hecho bien despierto, pues apuntas algunos detalles muy acertados sobre este importante lugar templario. Como, por ejemplo, que su interés no radica en "lo esotérico", sino en lo económico.
Cosa, por otra parte, que también tiene su interés en el plano histórico, porque el Temple, como toda organización humana, no vivía sólo de elucubraciones filosóficas o religiosas. Tenía un ejército que mantener, y no uno ocioso sino en campaña, tanto en Palestina como en los reinos ibéricos. Para lo cual, dependía de la correcta administración de sus bienes materiales.
Esos bienes, campos de cultivo, rebaños, granjas, casas, regadíos, bosques, pastos, hornos, molinos, etc., se controlaban desde la Encomienda, unidad administrativa que centralizaba las posesiones de una comarca, a la que rendían cuentas y por cuyas normas se regían.
Esta de Aberin, es una de esas "encomiendas de retaguardia", que ejercieron su labor, callada y eficazmente, aportando su granito de arena al común de la Orden.
Lástima que, al cabo de los siglos, en lugar de ser un museo vivo de aquellos siglos y gentes, sea tan sólo lo que siempre fue, una explotación rural, anónima y silenciosa.

Salud y fraternidad.
juancar347 ha dicho que…
Hola, Magister. Lo cierto es que me quedé asombrado, pues como bien sabes, era la primera vez que me encontraba frente a una encomienda de la Orden. Y lo cierto es que no deja de ser una interesante lección ver hasta qué grado de madurez habían alcanzado en cuanto a explotación y distribución de los recursos; organización y administración de los mismos, etc. Una faceta que aún sin ser tan pinturesca como la guerrera y la esotérica, que en el fondo son las que más atraen la atención, me parece de lo más interesante. Y tú también apuntas bien, pues esos recursos que se gestionaban en las encomiendas, esa riqueza surgida en torno a ellas, era la que finalmente sostenía el costoso entramado de la Orden y financiaba las campañas militares, sobre todo las de Tierra Santa. Un abrazo
Baruk ha dicho que…
Para el último templario, fue la güinda del pastel.

Siempre es agradable volver a pasear por esos lugares, aunque sea virtualmente.

Abrazines

*
juancar347 ha dicho que…
El último templario el día menos pensado, termina también en la hoguera con cámara de fotos, libreta y pluma. Este lugar me causó una profunda impresión. La lástima es que no se encontrara en el pueblo la mujer que tenía la llave, porque creo que el interior de la iglesia de San Juan Bautista es espectacular. Habrá otra ocasión, seguro; de momento, a conformarse mirando y remirando un lugar tan fascinante como Aberin. Un abrazo

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