El Temple en Torija

'¡Buen castillo tienen ustedes!
La mujer mira a los ojos del viajero.
- Sí, es muy antiguo. Según dicen, está ahí desde los moros'.
[Camilo José Cela: Viaje a la Alcarria]
Suelo verlo a menudo en mis desplazamientos a provincias como Soria, o incluso cuando mis ansias de aventura me adentran en ésta interesante provincia de Guadalajara, a la que pertenece. Por regla general, ocurre a primeras horas de la mañana, y su visión conlleva un pequeño despliegue de fantasía, recortado contra el amanecer, cual si fuera un longevo y silencioso Caronte reclamando su peaje por encima de la autovía del Nordeste; o lo que viene a ser lo mismo, la popular carretera de Barcelona.
Su remodelación ha sido lenta, pero eficaz, constituyendo en la actualidad uno de los castillos más atractivos que puedan contemplarse en ésta Comunidad de Castilla-La Mancha. Lejos, así mismo, de convertirse en Parador Nacional, como, por ejemplo, el castillo de la vecina villa de Sigüenza, el castillo de Torija, aparte de sus escurridizos fantasmas históricos, alberga, actualmente, un magnífico Centro de Interpretación. Centro de Interpretación concebido como heraldo, que abarca y presenta no sólo la obra de Camilo José Cela -como estuvo dedicado en un principio- sino también la idiosincracia de la provincia a la que representa: productos, costumbres, tradición, naturaleza o fauna, aprovechando, así mismo, una circunstancia que, por la falta de documentación que la respalde, se puede considerar como uno de los mitos que genera partidarios y detractores, y del que todavía no se ha escrito la última palabra. La pregunta clave del mito al que me refiero, no es otra que: ¿albergó este singular castillo al Temple en algún periodo de la Historia?. La réplica de un caballero templario en su celda, resulta espectacular.

Desde un punto de vista turístico, la Diputación Provincial de Guadalajara, no parece tener duda alguna al respecto. De tal manera que, en la misma puerta de entrada, aparte de otros ilustres habitantes que históricamente habitaron el castillo desde el siglo XI al siglo XIX (1), se cita, también, a la Orden del Temple.
En realidad, los templarios vuelven a ser citados en otra placa, situada a corta distancia del castillo y a escasos metros de la iglesia parroquial. Lo que demuestra que en el fondo, fue tal el carisma y la idiosincrasia de esta extraordinaria orden de caballería medieval, que todavía hoy, siete siglos depués de su desaparición, continúa levantando pasiones. Y ese constituye, ya en sí mismo, un factor desde luego muy explotable.
Por otra parte, resulta incuestionable la presencia del Temple en Torija, así como en lugares cercanos, como Brihuega, distante apenas 15 kilómetros, pero no parece que tuvieran guarniciones de relvancia y su presencia se basaba, poco más o menos -en esa línea sin fortificaciones, que uniría Torija con Toledo (2)- en alguna granja o casa-convento, como la que se supone que existió, bien en el lugar donde se levanta el castillo, como afirman algunos, bien en sus cercanías; es decir, situada entre éste y la iglesia parroquial.
Independientemente de ciertas alusiones a algún documento que se guardaría en los archivos de la catedral de Sigüenza, no se puede afirmar, categóricamente, de su pertenencia al Temple en algún momento de la Historia. Y no obstante, considerando los avatares de la Orden y las lagunas de la Historia... ¿quién sabe?.

(1) D. Iñigo López de Orozco; D. Pedro González de Mendoza; D. Diego Hurtado de Mendoza; Dª. María Coronel; D. Pedro Núñez de Guzmán; D. Gonzalo de Guzmán; Los Infantes de Aragón; D. Iñigo López de Mendoza, marqués de Santillana, entre otros.

(2) Juan García Atienza: 'El legado templario', Ediciones Robinbook, S.L., 1991, página 78.

Comentarios

Alkaest ha dicho que…
¡No,no, y no, y mil veces no! Las autoridades "competentes", son muy dueñas de fantasear para conseguir sus fines, legítimos fines turísticos, pero ilegítimos en cuanto a la verdad histórica.

El Castillo de Torija, que hoy podemos ver con la cara lavada, luciendo más bonito que un san Luis, no fue pisado jamás por los caballeros templarios.
Y ello, por una razón simple y de peso. En tiempos del Temple, tal castillo no existía. Fue levantado con posterioridad a la desaparición de la Orden, y en un emplazamiento diferente a la fortificación que el Temple tuvo en Torija.
Si es cierto, que en este nuevo edificio pudieron aprovecharse algunos sillares de la vieja fortaleza templaria, ya arruinada, y sita un poco más lejos.
Tampoco es seguro que el Temple tuviese aquí un castillo, según le atribuyen los documentos hubo un "convento", lo que habría que traducir por una "casa fortificada", quizá con capilla, al estilo de Aberin (Navarra).

Ahora, los "publicistas" oficiales quieren vender el castillo como "Templario", porque la Orden está de moda, pero eso no debe servir para ocultar la verdad. Bastantes falsedades y fantasías, rondan ya a los pobres caballeros del Temple, como para atribuirles otra más sin levantar la voz.

Salud y fraternidad.
juancar347 ha dicho que…
Querido Magister: entiendo tu enfado y aunque a veces, llevado por el entusiasmo he creído categóricamente cuanto se ha dicho a pies juntillas, la experiencia me hace, también, procurar ser objetivo. Y creo que he sido objetivo en esta entrada. La última frase, es una licencia literaria, homenaje a la fantasía, que espero usted me perdone. Un abrazo
Alkaest ha dicho que…
No es enfado, es enojo. Y no contra ti, faltaría más, que tu entrada es correcta y sustanciosa, sino contra quienes pretenden "vendernos la burra".
Se puede discutir, si hubo o no hubo "convento" del Temple en Torija, fortificado o no, pero lo que resulta indiscutible es que en caso de haberlo, no fue el castillo-parque-temático, tan majo y bien dispuesto, que hoy nos ofrecen.

Salud y fraternidad.
juancar347 ha dicho que…
Por eso, y porque me parece muy relevante, he citado la aseveración de Atienza que, en mi opinión, no tiene desperdicio. Salvo por el detalle de aprovechar el tema del Temple en beneficio del turismo, he de reconocer que el parque temático o centro de interpretación, no está mal. Y en honor a la verdad, el trato de los funcionarios fue de lo más exquisito. Pero aquí tenemos, en mi opinión, otra de las variopintas reacciones hacia el Temple: en algunos lugares lo borran, y otros lo reclaman. Un abrazo

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