Caballeros templarios en Segovia
Todavía, al cabo de los siglos, las célebres palabras del
arquitecto francés, Violet le Duc, sugiriendo que las iglesias y ermitas de
planta octogonal respondían, posiblemente, a un modelo de arquitectura
templaria, continúan despertando encendidos debates entre los historiadores,
quienes, sobre todo, en las últimas décadas, han sacado de su ostracismo
histórico a otra misteriosa orden medieval, la del Santo Sepulcro, a la que
atribuyen, en realidad, el mérito de haber levantado las principales iglesias
de este estilo, al menos, aquí en España.
Pero lo cierto es, que, cuando nos desplazamos a Segovia y tomamos el camino hacia Zamarrala, teniendo siempre como guía la fabulosa estructura del Alcázar, observamos, no sin cierto estupor, que este imponente templo, de planta, no ya octogonal sino dodecagonal, toma el ejemplo de la iglesia que los templarios tuvieron en el interior del castillo de Pelerin, en Tierra Santa y que todavía está envuelta en el misterio, recogiendo, de paso, las más formidables de las leyendas, mientras el pueblo, fiel a sus ancestrales tradiciones, insiste en que fueron ellos, los templarios, quienes, ‘antes de perderse’, como asevera una inscripción en su interior y el lugar pasara a formar parte de los bienes de sus rivales, la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén, levantaron este singular edificio.
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