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Mostrando entradas de octubre, 2010

Presuntamente implicados: dos enigmas sorianos

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La Calle de Caballeros R esulta difícil, en realidad, no plantearse la pregunta relativa a la identidad de los caballeros a los que está dedicada esta calle. Una calle que, curiosamente, parte desde las inmediaciones del cementerio y de la iglesia de la Virgen del Espino, y llega hasta la Diputación Provincial y la iglesia de San Juan de Rabanera. U na calle que todavía conserva cierta cantidad de escudos nobiliarios, que denotan un cierto rango de abolengo e importancia. Una importancia, por otra parte, que se ve sospechosamente supeditada a las caracteristicas de auténtica Virgen Negra -recordemos que hay otras dos vírgenes del Espino en la provincia, hermanas, según la tradición popular, y que estarían en la catedral de El Burgo de Osma y en la parroquia de Barcebal, un pueblecito situado a escasa distancia- y al propio término del Espino, estrechamente ligado a lugares donde hubo o se sospecha la presencia del Temple. La inscripción Non Nobis del Palacio de los Condes de Gómara Ha

Revisitando el Monasterio de San Polo

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S in duda, uno de los lugares que mayor atractivo ofrece al investigador que pretenda seguir las huellas de la presencia del Temple en la Península Ibérica, es este antiquísimo Monasterio soriano de San Polo, enclavado a orillas del Duero y hoy día, como es sabido, constituido en propiedad particular. A ún con semejante inconveniencia, resulta poco menos que imposible no acercarse hasta ésta emblemática capital castellano-leonesa y no dejarse llevar, siquiera por el impulso de intentar hollar un suelo que aún continúa ofreciendo generosos regalos naturales, como dan testimonio los numerosos árboles frutales que crecen a la sombra de sus huertos. F undado bajo el reinado de Alfonso VIII, el Batallador, el convento templario de San Polo estuvo habitado, aproximadamente, hasta el año 1312, cinco años después de que, siguiendo un plan, larga y fríamente concebido por el monarca francés Felipe el Hermoso y su primer ministro, Nogaret, se procedió a la detención de todos los templarios de Fr