Presuntamente implicados: dos enigmas sorianos
La Calle de Caballeros
Resulta difícil, en realidad, no plantearse la pregunta relativa a la identidad de los caballeros a los que está dedicada esta calle. Una calle que, curiosamente, parte desde las inmediaciones del cementerio y de la iglesia de la Virgen del Espino, y llega hasta la Diputación Provincial y la iglesia de San Juan de Rabanera.
La inscripción Non Nobis del Palacio de los Condes de Gómara
Hablar del Palacio de los Condes de Gómara implica, necesariamente, referirse al edificio más destacado de la arquitectura civil renacentista de todos cuantos hay en la capital de la provincia. Remontándose sus orígenes al siglo XVI, cuando fuera mandado levantar por Francisco López de Río y Salcedo, Conde de Gómara y Alférez Mayor de Castilla en época de Felipe II, en la actualidad alberga todo el entramado burocrático del Palacio de Justicia.
Y es aquí, donde comienza el misterio, entre el escudo grande y el pergamino pétreo que sostienen los dos ángeles mencionados, justo debajo de la cornisa y apenas apreciable cuando el sol ilumina de frente la fachada, que aparece, en letras mayúsculas perfectamente definidas, la famosa divisa de la Orden del Temple: Non nobis, Domine, non nobis sed nomini Tua da gloriam: No para nosotros, Señor, no para nosotros sino para Gloria de Tu Nombre.
Su origen, desde luego, constituye todo un misterio. Cronológicamente hablando, es casi trescientos años posterior a la disolución definitiva de los templarios. Dado que la presencia de éstos en Soria capital tuvo, sin duda, una cierta relevancia, se podría pensar, en un primer momento, que posiblemente perteneciera a alguna posesión que los monjes-guerreros tuvieran en las cercanías. Pero si observamos bien los enormes sillares en los que, el autor, un cantero por completo anónimo, cinceló la inscripción, enseguida nos daremos cuenta de que no son ajenos al edificio, sino que, por el contrario, forma parte indisoluble de él. ¿Simpatías personales del conde?. ¿Pervivencia neotemplaria en las figuras de las hermandades de canteros que continuaron realizando su labor en el más estricto de los secretos?. Todo es posible, aunque nada de cierto se sabe. Lo único cierto, y lo reitero, es que ésta inscripción constituye, por sí misma, un formidable enigma.
Comentarios
Este comentario que te sirva en concepto de agradecimiento desde mi ignorancia y la de tantos otros soriano/as.
Sigue así,escribiendo y mostrando siempre LA VIDA....
Un abrazo JuanCar.