Una ermita templaria / A Templar hermitage
Durante siglos, este apartado solar de la Vieja Castilla, perteneció a una tierra, la de Soria, que también, durante buena parte de su historia se vio notablemente influencia por una presencia, la musulmana, hasta el punto de constituir esa bien llamada frontera del Duero que separaba las dos Españas y en la que se desarrollaron hechos notables que constituyeron el precedente a otro de los episodios históricos más sorprendentes y fascinantes de la Cristiandad: las Cruzadas. Alterada en el siglo XX por la creación de un embalse, el de Linares, cuyas pacíficas aguas separan a un pueblo de inalterable esencia medieval y de nombre Maderuelo, de esos llanos que hoy pertenecen a otra tierra no menos fascinante, como es la de Segovia, en ella se localiza, humilde en su aspecto exterior, pero magnífica, no obstante, en su decoración interior, una de las más venerables y enigmáticas ‘capillas sixtinas’ de la pintura románica española, estando su pertenencia atribuida, además, a una misteriosa